Rasputín curioso personaje ruso conocido como ”el
monje loco”, en el que confluyen varias leyendas a raíz de su truculenta muerte. Lo cierto es que, de todas las
famosas leyendas, pocas son tan prolijas y divertidas como las relacionadas con
los considerables genitales del Monje Loco. Leyenda rusa sobre Rasputín es su atractivo
físico que, según se cuenta, levantaba pasiones entre sus admiradoras , con la
que posó en esta foto en 1914.
¿Quereis saber cual ha sido el final de todo este
embrollo? Pues la última acción tomada respecto a la reliquia de Rasputín
implica al eminente doctor ruso Igor Knyazkin, el médico jefe del Centro
de Próstata de la Academia rusa de las Ciencias.
Este respetable doctor abrió con orgullo en 2004 el
primer Museo Nacional de Arte Erótico en su clínica de salud sexual,
para mostrar una exposición de unos 15.000 artículos, nada menos, que ha ido
acumulando durante su vida como coleccionista de objetos sexuales. La
exposición permanente está abierta al público, que puede admirar una impresionante
colección de falos de cerámica y de imágenes libertinas, algunas de las cuales
datan del siglo XIX.
Y, efectivamente, el objeto estrella de la
exposición es el pene que supuestamente perteneció al Monje Loco con sus casi
impresionantes 30cm y su grueso diámetro(similar al de las muñecas de las
manos) según la interpretación de Marie la Rasputina (caldría preguntarse cómo
ella sabría esto!)
Resumiendo, que el actual dueño del miembro
rasputiniano -y director del citado museo picante-, Igor Kniazkin jura y
perjura que adquirió la pieza bañada en formol de un anticuario parisino, y que
pagó por ella 8.000 dólares. Siempre, según Kniazkin, la reliquia estaba
acompañada de varias cartas escritas por el propio Rasputín.
Todavía se desconocen las circunstancias de la oscura muerte de Rasputín y hasta ahora las
teorías sobre la supuesta amputación de sus genitales son meras especulaciones.
Mientras no hayan pruebas científicas concluyentes que demuestren la
autenticidad del miembro masculino del Monje Loco, guardado en formol, el
consenso general entre los zoólogos apunta a que este órgano simplemente
perteneció a un caballo o bovino. Lo cierto es que las fuertes sospechas de la
falsedad de esta reliquilia podrían condenar al doctor Igor Knyazkin y
al mito del Pene de Rasputin al más oscuro ostracismo
por exhibirlo a bombo y platillo.
Probablemente esta historia, haciendo el símil
literario, sea lo más parecido a uno de aquellos cuentos chinos.


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