Desaparición forzada o también, desaparición
involuntaria de personas, es el término jurídico que
designa a un tipo de delito complejo que supone la violación de múltiples derechos
humanos y que, cometido en determinadas circunstancias, constituye también
un crimen de lesa humanidad, siendo sus
víctimas conocidas comúnmente como desaparecidos o también, particularmente en América
Latina, como detenidos desaparecidos (DD.DD.).
El crimen de desaparición forzada, definido en
textos internacionales y la legislación penal de varios países, está
caracterizado por la privación de la libertad de una
persona por parte de agentes del Estado o grupos o individuos que actúan con su apoyo, seguida
de la negativa a reconocer dicha privación o su suerte, con el fin de
sustraerla de la protección de la ley. El asesinato de la persona víctima de desaparición forzada,
frecuentemente tras un cautiverio con torturas en un
paradero oculto, pretende favorecer deliberadamente la impunidad de los
responsables, que actúan con el fin de intimidar o aterrorizar a la comunidad o colectivo social
al que pertenece la persona. Los efectos de la desaparición forzada perduran
hasta que no se resuelve la suerte o paradero de las personas, prolongando y
amplificando el sufrimiento que se causa a familiares o allegados. Estos
últimos, y especialmente, por su vulnerabilidad, los niños que puedan ser
sustraídos de padres afectados, son considerados también víctimas de este
crimen.
El impulso para el reconocimiento de este crimen
en la jurisprudencia internacional tuvo lugar desde el último cuarto del siglo XX a
raíz de la multiplicación de los casos de desparecidos en América
Latina y gracias a la movilización de sectores de la opinión pública y de
la sociedad civil, y en particular por la iniciativa de organizaciones no
gubernamentales que surgieron primero en estos países y luego, en muchos otros
del mundo, especializándose en su denuncia y concienciación.
A partir de la precedentemente expuesta para
juzgar los crímenes contra la humanidad cometidos durante la Segunda Guerra Mundial, la constitución en 1980 del Grupo de
Trabajo sobre Desapariciones Forzadas o Involuntarias, dependiente de la Comisión de Derechos
Humanos de Naciones Unidas, y la resolución de 1983 de la Organización de Estados Americanos
(OEA), resultaron en 1989 en la formulación de la primera sentencia de condena a un
Estado por parte de la Corte Interamericana de
Derechos Humanos, sentando las bases para la Declaración sobre la
protección de todas las personas contra las desapariciones forzadas de la Asamblea General de Naciones Unidas
de 1992, la Convención
Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas de 1994, la tipificación
universal en el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional de 1998 y la
"Convención Internacional para la protección de todas las personas contra
las desapariciones forzadas" de la Asamblea General de Naciones
Unidas, cuya firma fue celebrada en París el 6 de
febrero de 2007,
estableciendo una serie de obligaciones universales jurídicamente vinculantes
para los Estados signatarios.
Desde la constitución del Grupo de Trabajo en 1980 hasta la
Convención aprobada en 2006,
Naciones Unidas registró 51 531 casos oficialmente notificados en 79 países a
los que se añaden las numerosas denuncias y estimaciones de las organizaciones
independientes, revelando la problemática mundial de la desaparición forzada
que no solamente afecta a los estados que acumulan casos históricos sin
resolver, los que se ven aquejados por conflictos internos o los que mantienen
políticas de represión hacia los opositores políticos, sino que las denuncias
también se han extendido a los países Occidentales como consecuencia de las
controvertidas medidas adoptadas en la lucha contra el terrorismo
internacional.
Con el fin de recordar a todas las naciones y
gobiernos del mundo la existencia de la realidad de los desaparecidos, la Federación
Latinoamericana de Asociaciones de Familiares de Detenidos-Desaparecidos
(FEDEFAM), declaró el 30 de agosto como el "Día Internacional del
Detenido Desaparecido".
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